Los Angeles Lakers, con un LeBron James que sigue agrandando su leyenda y un Anthony Davis absolutamente imparable, conquistaron este sábado el primer NBA In-Season Tournament al vencer en la final de Las Vegas (EE.UU.) a los rebeldes y sorprendentes Indiana Pacers por 123-109.
Los Lakers son junto a los Boston Celtics la franquicia con más anillos de la historia (17), pero ahora los californianos podrán presumir de que también tienen la primera NBA Cup en sus vitrinas tras el estreno de este torneo con el que la NBA ha experimentado con el formato de copa.
Este título llegó además con un suculento premio extra para los jugadores de los Lakers, ya que cada uno se embolsará medio millón de dólares por ganar la final.
La victoria adorna aún más la impresionante carrera de LeBron, que sigue sumando hitos a una trayectoria de oro y brillantes. El máximo anotador de la historia de la NBA, ya en su temporada número 21 y a tres semanas de cumplir 39 años, consiguió 24 puntos, 11 rebotes y 4 asistencias.
Pero James le debe una parte muy importante de este triunfo en la final a Davis, un titán en ataque y defensa y que se reivindicó con mayúsculas en una actuación memorable de 41 puntos (16 de 24 en tiros), 20 rebotes, 5 asistencias y 4 tapones.
Además, Austin Reaves, que llegó enfermo al encuentro, brilló con 28 puntos en la segunda unidad en el enésimo ejemplo del ADN campeón, la ambición y el espíritu competitivo a lo largo de la historia de los Lakers, que acabaron el torneo con un pleno de siete triunfos en siete partidos.
Por su parte, estos jóvenes y arrebatadores Pacers no pudieron culminar su hazaña tras deslumbrar en esta copa con un baloncesto ultraofensivo, a tope de revoluciones y con un ritmo extenuante.
Tyrese Haliburton, la gran sensación de este torneo pese a la derrota, no pudo imponer su ley y acabó con 20 puntos y 11 asistencias. Los Pacers sufrieron una barbaridad en la pintura (86 puntos de los Lakers en la zona) y no acabaron con su sequía ya que todavía no han ganado un título en la NBA.
El duelo fue muy intenso y asfixiante, con un ritmo entrecortado por las numerosas faltas y con un desacierto alucinante desde el triple (2 de 13 para los Lakers, 10 de 41 para los Pacers).